Hablar Q’anjob’al en Estados Unidos, una barrera difícil de vencer

Migrantes guatemaltecos que solo hablan idiomas indígenas reciben apoyo de voluntarios que hablan q’anjob’al y poqomchi’ en cortes de inmigración.

Aldo Waykan, quien tiene 30 años de vivir en EE. UU., apoya a guatemaltecos que hablan solo q’anjob’al y afrontan procesos en cortes de inmigración. En la foto, junto a familiares.

 

Aldo y su familia.

Guatemaltecos que emigran a Estados Unidos afrontan grandes obstáculos, pero la barrera más difícil de superar es la del idioma, sobre todo para quienes tienen procesos de inmigración y solo hablan su idioma materno, y no entienden ni español ni inglés, por lo que muchas veces, sin saberlo, aceptan hasta su proceso de deportación.

El problema se agrava debido al escaso número de traductores que son capaces de dominar un idioma maya y el inglés; por tal razón, el “sueño americano” de estas personas se transforma en pesadilla cuando al llegar a la frontera no entienden qué les dicen los oficiales fronterizos de EE. UU., muchos de los cuales dan por hecho que hablan español por ser guatemaltecos.

Connacionales en aquel país que prestan sus servicios como traductores coinciden en que en los últimos años ha aumentado el número de personas que migran irregularmente a EE. UU. y que solo hablan su idioma materno.

Entre los idiomas predominantes entre los migrantes irregulares indígenas que llegan a EE. UU. están el mam, el k’iche’ y el q’anjob’al, aunque en los últimos dos años se ha visto un incremento considerable de personas que hablan q’eqchi’ y poqomchi’.

Según la Academia de Lenguas Mayas, los primeros tres idiomas se hablan en San Marcos, Quetzaltenango, Huehuetenango, Totonicapán e incluso partes de Retalhuleu y Suchitepéquez.

El q’eqchi’ predomina en Alta Verapaz y Petén, aunque en algunos municipios del primer departamento se habla poqomchi’.

Las autoridades no clasifican la llegada de migrantes de acuerdo con su idioma materno, pero el referente más cercano que hay sobre migración desde esos lugares son los deportados entre enero y noviembre del año pasado, pues el 65% de ellos procedía de esos departamentos.

FALTAN TRADUCTORES Aldo Waykan, originario de Huehuetenango, tiene casi 30 de vivir en EE. UU., y habla q’anjobal’ y akateko. Desde hace años sirve como traductor en cortes de inmigración. Vía telefónica afirmó que “existe una demanda alta” de traductores indígenas que hablen inglés y algún idioma maya.

Añadió que la población indígena es la más afectada por la falta de acceso a educación, lo cual queda demostrado cuando los migrantes llegan a la frontera y se enfrentan a un sistema migratorio sin ningún conocimiento y no saben ni siquiera cómo llenar un formulario, mucho para encarar una entrevista para solicitar asilo, por lo que muchas veces aceptan culpas que no les corresponden y su deportación.

El líder migrante considera que los consulados guatemaltecos deberían contar con personas que ofrezcan traducción o crear una línea de emergencia para ayudar a esos guatemaltecos. Contó que en algunos consulados sí hay algunos trabajadores bilingües; pero, por ejemplo, “en el de Los Ángeles no dejan entrar a nadie sin cita”, y esta se tiene que hacer en español.

Según Waykan, los migrantes irregulares que no saben ni español muchas veces son víctimas de abogados que cobran hasta US$15 mil —unos Q115 mil— solo por llenar una solicitud de asilo político, aunque desde el principio saben que por el tipo de caso su cliente no tiene posibilidades de quedarse en EE. UU.

“El sector indígena es el que termina sufriendo las consecuencias de la falta de educación en Guatemala, porque yo he visto que hablando español uno puede tener acceso a los medios de comunicación, pero es muy difícil para una persona que solo habla para sobrevivir”, comentó.

“Hace unas semanas un señor pidió su deportación porque no entendió el proceso y terminó siendo deportado cuando anhelaba estar aunque sea unos dos años para pagar su deuda”, añadió.

Waykan agregó que en EE. UU. apenas hay unos 10 traductores de q’anjobal’-inglés, por lo que recientemente creo una plataforma digital llamada Asociación de Intérpretes Mayas Americanos (Maia, en inglés), por medio de la cual tratan de concentrar a más traductores para prestar servicios sin la intención de lucrar.

LES DA CONFIANZA

Elsa Vaides, otra guatemalteca que presta servicios de traducción en las cortes de inmigración, coincide en que hacen falta traductores para que los migrantes guatemaltecos puedan optar a presentar su caso y ser tratados con justicia.

“Cuando no hay quien los ayude se sienten desprotegidos. Cuando yo estoy en las cortes veo sus semblantes tímidos, pero cuando llego yo y les hablo se sienten más en confianza”, dijo

Vaides, quien acostumbra acudir a las audiencias con su traje típico de Tactic, Alta Verapaz, de donde es originaria.

Resaltó que desde hace unos dos años ha habido un incremento de migrantes guatemaltecos desde las Verapaces y han aumentado los requerimientos para las traducciones que hace, tanto en q’eqchi’, idioma que se habla en Alta Verapaz y en Petén, como en poqomchi’, lengua de su pueblo natal.

Aunque tanto Waykan como Vaides coinciden en que los consulados de Guatemala no cuentan con traductores, por lo menos de q’eqchi’, la Cancillería guatemalteca afirmó que los consulados sí cuentan con personal bilingüe en idiomas mayas, aunque solo “algunos” también hablan inglés, pero no tienen una plaza de traductores como tal, sino que es personal que labora en esas sedes diplomáticas.

La portavoz Marta Larra explicó que mantienen contactos con una escuela pública del condado de Anne Arundel, Maryland, y el Centro Maya Guatemalteco en caso de que sea necesario hacer traducciones.

“Se necesitan más traductores. Hacen falta, por la gran cantidad de gente que está llegando a la frontera”. Elsa Vaides, traductora en poqomchi’ en cortes de inmigración de Estados Unidos.

Fuente | Prensa Libre

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