Leyenda del origen de los terremotos en Guatemala
La leyenda de Cabrakan
Cabracán, también llamado Cabrakán o Cab racan (maya quiché: cabracán, "terremoto", "dos piernas" o "bÃpedo", cabracan, terremoto, sismo, pero puede derivar de: cab, dos; racan, pierna), era uno de los hijos de piedra gigante de Vucub Caquix registrado en los mitos quiché del Popol Vuh.
Hermano de Zipacná e hijo de Vucub Caquix y Chimalmat. Tuvo seis hijos de los cuales solamente uno sobrevivió: Chalybir. Él y su hermano Zipacná a menudo eran considerados demonios. Se decÃa que Cabrakán, como sus parientes, era muy arrogante y violento.
En los mitos, la familia tenÃa poderes extraordinarios que los animaba a volverse muy jactanciosos y arrogantes: el cuerpo de Vucub Caquix estaba hecho de metales preciosos que relumbraban con tal brillo que presumÃa de eclipsar a la Luna y el Sol. Cabrakán tenÃa una fuerza increÃble, dándole la capacidad de agitar la tierra.
Su hermano Zipacná era lo suficientemente poderoso para construir y mover montañas. De jóvenes, los juegos favoritos de los hermanos era amontonar tierra en las montañas para luego agitarlas, convirtiéndolas en escombros, molestando a los dioses y asustando a los animales, aves y otras criaturas de la Tierra.
Conforme crecieron, sus juegos causaban más caos, por los que los dioses enviaron a los héroes gemelos para destruir a la familia. Comenzaron con Vucub Caquix. Le emboscaron y le dispararon con una cerbatana en la mandÃbula, engañándolo luego para reemplazar sus fuertes dientes con granos de maÃz, por lo que no podÃa comer nada.
Luego, los héroes gemelos intentaron matar a Zipacná con más engaños, usando a 400 jóvenes para emboscarlo y enterrarlo bajo una avalancha de ramas. Cuando Zipacná escapó, los héroes ingeniaron un nuevo plan. Observaron que Zipacná y Cabrakán disfrutaban mucho de la comida. A Zipacná le encantaban los cangrejos de una cueva subterránea en el fondo de una montaña. El almuerzo favorito de Cabrakán era una suculenta ave asada.
Los héroes atraparon a Zipacná en la cueva subterránea mientras capturaba cangrejos, provocando una avalancha de piedras para enterrarlo.
Entonces fingieron ser grandes admiradores de la habilidad de Cabrakán de sacudir montañas, ofreciéndoles una suculenta ave asada a cambio de demostrar como sacudir una montaña. Cabrakán aceptó felizmente, primero devorando codiciosamente el ave.
Sin embargo, se percató demasiado tarde que los gemelos le habÃan envenenado. Mientras yacÃa jadeando, los gemelos le ataron y le enterraron en el pie de una montaña sagrada, donde según los mitos, continúa retumbando y amenazando con un terremoto hasta la actualidad.
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